(original en inglés en http://downloads.bbc.co.uk/tv/junglehero/alfred-wallace-biography.pdf )
Marzo 2013
Alfred
Russel Wallace OM, LLD, DCL, FRS, FLS
nació cerca de Usk, Monmouthshire, Inglaterra (actualmente parte de Gales) el 8
de enero de 1823. Serios problemas financieros que aquejaron a su familia lo
forzaron a dejar la escuela cuando sólo tenía catorce años y unos pocos meses
más tarde se empleó como aprendiz de topógrafo con su hermano mayor William.
Este trabajó implicó extensas caminatas a través de parajes rurales ingleses y
galeses y fue entonces que se desarrolló su interés por la historia natural.
Mientras
vivía en Neath, Gales, en 1845 Wallace leyó el extremadamente popular libro de
Robert Chambers, anónimamente publicado, “Vestigios de la Historia Natural de
la Creación” (“Vestiges of the Natural
History of Creation”) y quedó fascinado con la controversial idea de que
las criaturas vivientes habían evolucionado a partir de formas más tempranas.
Resultó tan interesado en el tema que sugirió a su amigo cercano Henry Walter
Bates el viajar al Amazonas para recolectar y estudiar animales y plantas, con
la meta de entender cómo el cambio evolutivo tenía lugar. Ambos partieron hacia
Brasil en abril de 1848, pero aunque Wallace hizo muchos descubrimientos
importantes durante sus cuatro años en la Cuenca Amazónica, no consiguió
resolver el gran “misterio de los misterios” sobre cómo funciona la evolución.
Wallace
retornó a Inglaterra en octubre de 1852, luego de sobrevivir a un desastroso
naufragio que destruyó los miles de especímenes de historia natural que
cuidadosamente había recolectado durante los dos últimos y más interesantes
años de su viaje. Sin desanimarse, en 1854 partió en otra expedición, esta vez
hacia el Archipiélago Malayo (Singapur, Malasia e Indonesia), donde pasaría
ocho años de su vida recorriendo, recolectando, escribiendo y pensando sobre la
evolución. Visitó cada isla importante en el archipiélago y reunió 110000
insectos, 7500 valvas de moluscos, 8050 pieles de aves y 410 especímenes de
mamíferos y reptiles, incluyendo probablemente más de 5000 especies nuevas para
la ciencia.
En
Sarawak, Borneo, en febrero de 1855, Wallace elaboró uno de los trabajos sobre
evolución más importantes que se hayan escrito hasta ese momento1. En éste propuso una “ley”
que establecía que “Cada especie ha comenzado a existir coincidiendo tanto en
tiempo como en espacio con una especie preexistente cercanamente relacionada”.
Describió las afinidades (relaciones) entre especies como “… tan intrincadas
como los brotes de un roble retorcido o el sistema vascular del cuerpo humano”
con “… el tallo y ramas principales siendo representados por especies extintas…”
y la “…vasta masa de ramas y gajos y minúsculos brotes y hojas dispersas…”
especies vivientes. El eminente geólogo y creacionista Charles Lyell resultó
tan impactado por el artículo de Wallace que en noviembre de 1855, rápidamente
luego de leerlo, comenzó una “libreta de anotaciones sobre especies” en la que
comenzó a contemplar la posibilidad de la evolución por primera vez.
En
abril de 1856 Lyell visitó a Charles Darwin en Down House en Kent, y Darwin le
confió que por los pasados 20 años había estado trabajando secretamente en una
teoría (selección natural) que ingeniosamente explicaba como el cambio
evolutivo tomaba lugar. No mucho después, Lyell envió a Darwin una carta
urgiéndole a publicar antes de que alguien se le adelantara (probablemente tenía
a Wallace en mente), por lo que en mayo de 1856, Darwin, siguiendo este consejo
comenzó a escribir un “bosquejo” de sus ideas para publicarlo. Encontrándolo
insatisfactorio, Darwin lo abandonó alrededor de octubre 1856 y en su lugar comenzó
a trabajar en un extenso libro sobre el tema.
La
idea de selección natural llegó a Wallace durante un ataque de fiebre mientras
estaba en una remota isla indonesia en febrero de 1858 (no está claro si esta
epifanía ocurrió en Ternate o en la vecina isla de Gilolo (Halmahera)). Tan
pronto tuvo suficiente fuerza, escribió un detallado ensayo explicando su
teoría y se lo envío acompañado de una carta a Darwin, de quien sabía por
anterior correspondencia, estaba profundamente interesado en el tema de la
transmutación de las especies (como se llamaba entonces a la evolución).
Wallace
le pidió a Darwin que pasara el ensayo a Lyell (a quien Wallace no conocía), si
es que Darwin lo consideraba lo suficientemente novedoso e interesante. Darwin
había mencionado en una anterior carta a Wallace que Lyell había hallado su
artículo de 1855 digno de atención y Wallace debió haber pensado que Lyell
estaría interesado en saber sobre su nueva teoría, puesto que claramente
explicaba la “ley” que Wallace había propuesto en aquel artículo.
Darwin,
habiendo formulado la selección natural años antes, se horrorizó cuando recibió
el ensayo de Wallace e inmediatamente escribió una angustiosa carta a Lyell
pidiendo consejo sobre qué debería hacer. “Nunca he visto una más sorprendente
coincidencia. Si Wallace hubiera tenido mi bosquejo manuscrito de 1842 ¡no
habría podido hacer un resumen breve mejor!… Así toda mi originalidad, cuanta pudiera
haber sido, será arruinada.” exclamó2.
Lyell se puso de acuerdo con otro de los amigos cercanos de Darwin, Joseph
Hooker, y en lugar de intentar solicitar permiso a Wallace, decidieron
presentar su ensayo más otros dos extractos de escritos de Darwin en la materia
(para los que nunca se había previsto publicación3) en una reunión de la Sociedad Linneana de Londres el
1 de julio de 1858. La presentación pública del ensayo de Wallace tuvo lugar
sólo 14 días después de haber arribado a Inglaterra.
Las
reflexiones de Darwin y Wallace sobre selección natural fueron publicadas en la
revista de la sociedad bajo el título “Sobre la Tendencia de las Especies a Formar
Variedades; y Sobre la Perpetuación de Variedades y Especies por Medios Naturales
de Selección“ (“On the Tendency of
Species to Form Varieties; And On the Perpetuation of Varieties and Species by
Natural Means of Selection”). Las contribuciones de Darwin fueron ubicadas
por delante del ensayo de Wallace, enfatizando así su prioridad para la idea4. Hooker había enviado a
Darwin las pruebas para corrección y le había dicho que hiciese cualquier
alteración que deseara5,
y aunque hizo un gran número de cambios al texto que había escrito, prefirió no
alterar la disposición dada por Lyell y Hooker a su contribución y la de
Wallace.
Lyell
y Hooker asentaron en su introducción al artículo de Darwin-Wallace que “…
ambos autores… [han]… puesto sin reservas sus escritos en nuestras manos…”,
pero evidentemente esto no es cierto ya que Wallace no había dicho nada sobre
publicar en la carta que había enviado a Darwin6. Wallace más tarde se quejaría de que su ensayo “…fue
impreso sin mi conocimiento, y por su puesto sin ninguna corrección de las
pruebas…”7.
Como
resultado de este episodio éticamente cuestionable8, Darwin dejó de trabajar en su gran libro sobre
evolución y en cambio se apresuró a elaborar un “resumen” de lo que había
estado escribiendo. Éste fue publicado quince meses después en noviembre de
1859 como “Sobre el Origen de las Especies” (“On the Origin of Species”): un libro que luego Wallace destacaría
magnánimamente habría de “…vivir tanto como el “Principia” de Newton”9.
A
pesar del traumático nacimiento de la teoría, Darwin y Wallace desarrollaron el
uno por el otro admiración y respeto genuinos. Wallace destacó frecuentemente
que Darwin merecía un mayor reconocimiento por la idea de selección natural, e
incluso nombró “Darwinismo” (“Darwinism”)
a uno de sus libros más importantes sobre el tema. Wallace pasó el resto de su larga
vida explicando, desarrollando y defendiendo la selección natural, como también
trabajando en una muy amplia variedad de otros (a veces controversiales) temas.
Escribió más de 1000 artículos y 22 libros, incluyendo “El Archipiélago Malayo”
(“The Malay Archipelago”) y “La
Distribución Geográfica de los Animales” (“The
Geographical Distribution of Animals”). Hacia el momento de su muerte en
1913, era una de las personas más famosas del mundo.
Durante
la vida de Wallace la teoría de selección natural fue frecuentemente referida
como como la teoría Darwin-Wallace y los honores más altos posibles le fueron
otorgados por su papel como codescubridor. Estos incluyeron las medallas
Darwin-Wallace y de Oro Linneana de la Sociedad Linneana de Londres; las
medallas Copley, Darwin y Real de la Sociedad Real (principal cuerpo científico
de Gran Bretaña) y la Orden al Mérito (entregado por el monarca como el más
alto honor concedido a un civil en Gran Bretaña). Fue recién en el siglo 20
cuando la estrella de Wallace comenzó a atenuarse mientras que la de Darwin
brilló aún más intensamente. ¿Por qué pasó esto entonces?
La
razón puede ser la siguiente: A fines del siglo 19 y principios del 20, la
selección natural como una explicación para el cambio evolutivo se tornó
impopular, con la mayoría de los
biólogos adoptando teorías alternativas como el neo-Lamarckismo, la ortogénesis,
o la teoría de la mutación. Fue sólo con la síntesis evolutiva moderna de las
décadas de 1930 y 1940 que se aceptó ampliamente el que la selección natural es
en realidad la principal fuerza evolutiva. Por entonces, sin embargo, la
historia de su descubrimiento había sido olvidada en gran medida y muchos
asumieron erróneamente que la idea había sido publicada por primera vez en “Sobre
el Origen de las Especies” de Darwin. Gracias a la llamada “Industria Darwin”
de décadas recientes, la fama de Darwin se ha incrementado exponencialmente,
eclipsando las importantes contribuciones de sus contemporáneos, como Wallace.
Una historia más balanceada, precisa y detallada del descubrimiento de lo que
se ha referido como “… la que puede considerarse como la idea más trascendental que jamás se le haya
ocurrido a una mente humana” es una larga deuda.
NOTAS
- Wallace,
A. R. 1855. Sobre la Ley que ha regulado la introducción de nuevas
especies (“On the law which has
regulated the introduction of new species”). Annals and Magazine of
Natural History, 16 (2da serie): 184-196.
- Carta
de Darwin a Charles Lyell fechada 18 [junio 1858] (Darwin Correspondence Database, http://www.darwinproject.ac.uk/entry-2285).
- Estos
eran un extracto del ensayo de 1844 no publicado de Darwin sobre
evolución, más el contenido de una carta fechada 5 de septiembre 1857, que
Darwin había escrito al botánico americano Asa Gray.
- Publicar
el trabajo de otra persona sin su autorización era tan inaceptable por entonces
como lo es hoy en día. Publicar la novedosa teoría de alguien sin su
consentimiento, precedida por material pensado para dar la prioridad de la
idea a alguien más es altamente cuestionable éticamente: Wallace debió ser
consultado antes. Afortunadamente para Darwin y sus partidarios, Wallace
pareció estar complacido por este, según se lo ha llamado, “delicado arreglo”.
- En
una carta de Joseph Hooker a Darwin fechada 13 y 15 de julio de 1858 (Darwin Correspondence Database, http://www.darwinproject.ac.uk/entry-2307),
Hooker puso “Envío las pruebas de Soc Linneana – Haz los cambios que
prefieras…”
- En
una carta de Darwin a Charles Lyell fechada 18 [junio 1858] (Darwin
Correspondence Database, http://www.darwinproject.ac.uk/entry-2285),
Darwin, refiriéndose al ensayo de Wallace, dice “Por favor regrésame el
manuscrito el cual él no me dijo que deseara publicar…” y en una carta de Darwin a Lyell fechada
[25 junio 1858] (Darwin Correspondence Database, http://www.darwinproject.ac.uk/entry-2294),
Darwin asentaba que “Wallace no dice nada acerca de publicar…”
- Carta
de Wallace a A. B. Meyer fechada 22 noviembre 1869 citada en Meyer, A. B.
1895. How was Wallace led to the discovery of natural
selection? Nature,
52(1348): 415.
- Ver Rachels, J. 1986. Darwin's moral lapse. National
Forum: 22-24 (pdf disponible en http://www.jamesrachels.org/DML.pdf)
- Carta
de Wallace a George Silk fechada 1 septiembre 1860 (WCP373 en Beccaloni,
G. W. (Ed.). 2012. Wallace Letters Online www.nhm.ac.uk/wallacelettersonline.)
OTRAS
NOTAS
Por
favor citar este artículo (versión original en inglés) como: Beccaloni, G. W.
2013. Alfred Russel Wallace and Natural Selection: the Real
Story. <http://downloads.bbc.co.uk/tv/junglehero/alfred-wallace-biography.pdf>
Este artículo es una versión ligeramente
modificada de la introducción por George Beccaloni al siguiente libro publicado
de forma privada: Preston, T. (Ed.) 2013. The
Letter from Ternate. UK: TimPress. 96 pp.
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